Institute - Catharsis

El cuarteto de Austin tiene claro que lo suyo es el post-punk, como ya dejaban claro sus dos EP's y el 7" publicados hasta la fecha y quizás por eso de sorprender hayan cambiado la táctica en 'Perpetual Ebb', el primer corte de su álbum debut "Catharsis", publicado por Sacred Bones Records.

El caso es que el comienzo del tema se desvía hacia un rock garagero que contiene ese toque post-punk joy divisionero que los ha caracterizado hasta ahora, pero al querer ocultarlo detrás de las guitarras, su música se vuelve más inocente, dócil y maleable, lo que ataca de lleno a sus vocales, los cuales se ven infectados de todo ello. Pero la cosa cambia con 'Admit I'm Shit', sonido propio marcado por la desesperación de Moses Brown, su cantante, debido a que el ritmo a lo 'Warsaw' le obliga a bailar, rozando la locura por ello.

'I'm Leaving Death' sigue la estela de su predecesora, pero esta vez los gritos alcanzan una cuota de psicodelia inimaginable a la vez que 70's, que tras su desaparición en combate hacen recobrar el sentido de forma más o menos lúcida hasta 'Cheerlessness', los vocales de  Joe Galarraga (Big Ups), su post-punk de alta velocidad, y la voz en off típica de los ingleses Sleaford Mods, mientras Ian Curtis gira espasmóticamente sobre el escenario, momento de invocación que 'Interlude' retrata de forma agónica a la par que tétrica.

'Untitled' es la mejor forma de olvidarse de todo lo acontecido e ir metiéndose de nuevo en vereda a través del lo-fi de detalles americanos en las guitarras, es decir, volviendo a sus raíces para desembocar en 'Leathernecks' y dejarse llevar por las olas de guitarra que rozan por momentos un garage que al llegar a la orilla de 'Cheaptime Morals' se da de morros con el noise de Metz y una adaptación de la banda de Manchester al siglo XXI.

'No Billowing Wind' es la desesperación vocal sinsentido, mezcla de Girl Band y Big Ups, a través de un sufrimiento constante e invariable para visualizar una oscuridad en la que 'Christian Right' quiere adentrarse y a la que 'Shadowplay' hace caso omiso.