Bad Breeding - Bad Breeding

Bad Breeding debuta en largo con un disco homónimo inesperado y gratuito que a partir de Junio estará disponible en formato vinilo, editándolo ellos mismos, haciendo gala del DIY del que siempre han vacilado.

Lo de los chicos de Stevenage roza a veces lo insano, sonoramente hablando, con su estilo correoso de garage y punk que recita hardcore, mientras la parte instrumental entra en catarsis cada vez que puede, con So Pitted siempre en el horizonte, no dudando en utilizar taladros para embadurnar lo escatológico de su sonido y vocales sin maldad, solo con ganas de voltear cabezas... y solo estamos en 'I Strive', una representación lúdico-poderosa de ese 'Yo Lucho' que proclaman a los cuatro vientos, con METZ apretujándose en el cerebro como recuerdo más latente al concretarse 'A Limp Shove', recubierta ella de una capa eléctrica defenestada por las cuerdas, llegando el apocalipsis al micrófono, donde Christopher Dodd actúa como el trovador que es, dedicándose por igual en la lírica a su rollo o al de Sleaford Mods, depravando aún más su sonido la guitarra de Matt Toll, el bajo de Charlie Rose y la batería de Ashlea Bennett.
Se muestran tal y como son, sin pelos en la lengua ni retoques que hagan de su sonido un mundo más amable, sino más realista, como el que representa 'Remembering', versión mimada de Death Grips, aunque las sacudidas de las cuerdas podrían ser consideradas maltrato emocional disfuncional, verborrea británica para 'No Progress', la cual juega con la psicología delictiva del que quiere avanzar y no le dejan.

El asqueamiento al que son sometidos ellos mismos toma tintes salvajes en 'A Cross', donde lejanos recuerdos azotan en la mente, tan abundantes a su vez que las 'reprimidas' cuerdas se ven saturadas, saliendo un ácido que da paso a la contundencia y a la distorsión de 'Separate Me', donde los deshidratados vocales retoman la compostura, trayendo con ellos la rabia, infectando así a 'Burn This Flag', la cual arde a lo bonzo hasta convertirse en meras cenizas, pasto del infierno con el que 'Venerable Hand' se alía, provocando una locura transitoria que a los ojos de Chris se convierten en unas llamas que jamás se van a apagar, llevando a donde quiera sus adeptos más férreos.

'Standard Process' muestra que la vida está más lejos de lo que se creía, interponiéndose entre medias un viento que azota sus propios cimientos, resquebrajándose en el emplazamiento industrial coronado por Girl Band, y que 'In Abundance' no mide, estallando cual bomba nuclear del ejército coreano, con las guitarras soltando una rayadura psicótica como carga parcial que deja un shock alucinógeno además de un pitido intenso en los oídos a su paso, con 'Corrupting Fist' dejándose de respiros por el camino, lo que se convierte en toda una barbarie greco sonora de miedo y risas maléficas por detrás, basándose el punk con el que desbordan los vocales en la exponencialidad de su miseria.

'Shame' pasa como un torbellino en el que la lírica no se trastabilla en ningún momento, dejando a cualquiera bien jodido y sin esperanza ninguna de afrontar 'Dissembling' a menos que la mutación genética tenga efecto de una vez por todas y les haga vencer esos miedos en los que se basa su afición a creerse estar por encima de los demás, viniéndoles al pelo un poco de 'Moral Itch', creándose ante la caída del cuadro eléctrico unas dudas existenciales que les hacen meterse en un bucle de discusión a dos voces, los cuales descarrían por la vía rápida cuando el monstruo de 'Age Of Nothing' hace su aparición estelar, edad de nada y de todas, desvirtuando sobre esta idea la batería, la cual muestra todo su poder a la mínima, descargando a cada baquetazo la responsabilidad civil que cae sobre cualquiera por no inmiscuirse en su mundo, creando una controversia de la que 'Blurring Out' se beneficia para que nadie los acuse de nenazas al acabar el álbum, liberando una psicodelia tsunámica que construye a su paso una vorágine de descordinación tal, que los hace finalmente perder la razón.


Foto por Nick Sayers Photography