TIGERCUB - Abstract Figures In The Dark

Como un jamón 3 jotas, por aquello del nombre de sus integrantes, Jamie a los vocales y a la guitarra, James a la batería y Jimi al bajo, el trío de Brighton debuta en largo con "Abstract Figures In The Dark", tras haber editado desde el 2013 unos cuantos singles, amén de un EP, "Repressed Semantics", el pasado año, todo ello bajo la tutela de varios sellos discográficos, siendo aquí Alcopop Records el que se ha llevado el gato al agua.

Volviendo al disco, ninguno de los temas antes escuchado está en él, aunque siguen manteniendo el sonido que siempre los ha caracterizado, y para muestra, el botón que es 'Burning Effigies', el cual empieza con la entrada típica de The Wytches, con esa tranquilidad que mete miedo a cualquiera, con Jamie cantando por encima de sus propios riffs, mientras el bajo va creando una intensa niebla a sus pies, hasta que el tema se parte en dos para traernos la oscuridad y ese bajo stonerizado, y que tanto le pesa a los riffs eléctricos como a los platillos, lo que afecta irremediablemente a unos vocales que ven como se acercan a Marilyn Manson.

'Memory Boy' sigue las consignas iniciales de su predecesora, viéndose arrastrada vocalmente hacia el torbellino que el bajo se ha montado, transformándose lo sexual en obsceno, con los gritos y los besos de placer, encerrados bajo la cinta aislante que cubre la boca de un tema, en el que los tres se contonean a medida que el stoner bañado en vocales de pedigrí perturbador se junta con el cuchillo que 'Omen' va cruzando por el cuerpo de su maniatado antecesor, con un vendaval de locura exteriorizado de forma atronadora por parte de una instrumentación, que no influye en el tono caballeroso por el que Jamie no pierde en ningún momento los nervios.

Las tornas cambian en 'Migraine', dando aquí el cantante una lección de hardcore vocal para redimirse de lo cariacontecido anteriormente, entre unas risas malvadas que llevan incrustadas el odio industrial de Girl Band, dejando lo peor de sí mismos en el escenario, aprovechando entonces 'Up In Smoke' para limpiarse internamente, dominando un sonido meloso y mentalmente lejano, que se mantiene por encima de una oscuridad segregada a su pasado, sobre la que 'The Golden Ratio' se restriega, aunque con la cabeza alta y con el rock por delante, dejándose guiar espiritualmente por la electrónica de Gold Panda en los primeros compases de 'Control', volviendo poco a poco en sí.

'Serial Killer' es recuperar la esencia de Dexter Morgan, cargándose en este caso a los que han desistido de su música con una calma que hace temblar todas las estadísticas forenses, dejando que su Mr. Hyde salga a pasear mientras de cara al público muestren unos vocales rotos por el shock que supone ese casi pop que destilan, recogiendo la sangre del suelo 'By Design', haciéndose pasar por un momento por los mismísimos Linkin Park para no ser reconocidos, pero gracias a la regresión que supone el tema que da nombre al título del disco, vuelven a regentar esa parte que cabalga entre el mal y el bien, apuntándose el tanto el primero de ellos, generando controversia con el de Ohio de su lado, llevándose al límite a sí mismos y a sus instrumentos, lo que acaba con ellos en acústico en 'Black Tides', que acaba con ellos de morros en la iglesia y propagando su buena nueva a ritmo de gospel.


Foto: Laura Brown