La psicodelia está volviendo con fuerza este año, siendo The Boxing los últimos que se suman a este carro, trío que viene de Leeds y que está compuesto por el frontman y guitarrista Harrison Warke, el bajista Henry Chatham y el batería Charlie Webb, con 'One By One' recién sacado del estudio, conteniendo una oscuridad que les es bien cercana, concretamente de Brighton, donde TIGERCUB la practican a la perfección, aquí con unos vocales que invitan a la tranquilidad, la que necesita la depresión y el silencio de los que hablan, afectando la lírica a ese sonido que nunca se va a levantar de ahí por si mismo, apoyando esta moción 'Violet Sun', con un rock de vocales rasgados que, sin ser la alegría de la huerta, si que logra llevarlos un paso más adelante en su afán por encerrarse en sí mismos, llegando a crear un muro de ruido que no tiene fisura alguna.
'Annabelle' intenta limpiarse el alma con una mezcla del cataclismo interior sufrido anteriormente, asomando la cabeza por encima de la lírica, la cual se une en armonía con la instrumentación, ahora con un dream-rock que marca sus momentos para desconectar del micrófono, como alejándose de la fuente que transmite el mal que recorren sus temas, donde nadan como peces en un río de aguas revueltas.
Update: La cara B de 'One By One', 'Heart Of Me', baja un peldaño la oscuridad del planteamiento con respecto a lo vivido, aunque los J's de Brighton (Jamie, James, Jimi) siguen ondeando por el ambiente, como los secretos nunca dichos por Harrison y que se acumulan como tormentos, especulados de un modo cantautor que alcanza tras ir desvaneciéndose el stoner melancólicamente, eso sí, con un tono rasgado en la voz para enfatizar la rabia que ello le provoca, mostrando una calma relativa al desencanto que le genera.
Update: La cara B de 'One By One', 'Heart Of Me', baja un peldaño la oscuridad del planteamiento con respecto a lo vivido, aunque los J's de Brighton (Jamie, James, Jimi) siguen ondeando por el ambiente, como los secretos nunca dichos por Harrison y que se acumulan como tormentos, especulados de un modo cantautor que alcanza tras ir desvaneciéndose el stoner melancólicamente, eso sí, con un tono rasgado en la voz para enfatizar la rabia que ello le provoca, mostrando una calma relativa al desencanto que le genera.
Foto de Tom Saunders
